Los ss. Siete Fundadores de la Orden de los Siervos de María: Historia y legado

Los ss. Siete Fundadores de la Orden de los Siervos de María: Historia y legado

En el corazón del siglo XIII, en la floreciente ciudad de Florencia, siete mercaderes prósperos tomaron una decisión radical que cambiaría el curso de sus vidas y daría origen a una nueva orden religiosa: los Siervos de María. Estos hombres, influenciados por las órdenes mendicantes como los franciscanos y dominicos, así como por grupos de penitencia, dejaron atrás la comodidad y riqueza para dedicarse a la contemplación, la oración y el servicio a la Virgen María.

Su historia comienza en el seno de la "Compañía de los Siervos de Santa María", un grupo de laicos devotos que buscaban vivir una vida más espiritual. Entre ellos se encontraba Bonfiglio, un hombre de profunda fe que lideró a sus compañeros en un camino de penitencia y servicio. En 1233, abandonaron sus vidas acomodadas y se retiraron a Villa Camarzia, donde comenzaron a vivir una vida de pobreza, oración y trabajo. Adoptarían la vestimenta de los "Hermanos de la Penitencia", una túnica y capa grises, simbolizando su compromiso con la austeridad y la humildad.

Un Camino de Servicio y Austeridad

La vida de estos siete hombres se caracterizaba por una profunda dedicación a la Virgen María. Su austeridad y compromiso con el servicio atrajo la atención de muchos, y pronto se vieron rodeados de personas que buscaban unirse a su causa. Su dedicación a la oración y el trabajo, junto con su compasión por los pobres y necesitados, les permitió establecer un fuerte vínculo con la comunidad. Este creciente interés en su forma de vida les llevó a fundar formalmente la Orden de los Siervos de María en 1234.

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El Monte Senario: Un Lugar Sagrado

El Obispo Ardingo Foraboschi, impresionado por la devoción de los siete hombres, les donó un terreno en el Monte Senario, un lugar apartado y tranquilo cerca de Florencia. Aquí, construyeron una iglesia y un convento, que se convirtieron en el centro de la Orden. El Monte Senario se convirtió en un lugar sagrado para los Siervos de María, un espacio donde podían dedicarse a la oración, la contemplación y el servicio.

Una Orden en Crecimiento

La Orden de los Siervos de María, inicialmente reconocida por el Cardenal Goffredo Castiglioni, recibió la aprobación definitiva del Papa Bonifacio VIII en 1304. Su expansión se vio amenazada por el decreto de supresión de las Órdenes Mendicantes en 1247, pero gracias a la intervención de Filippo Benizi, un hombre de gran carisma y sabiduría, la Orden logró sobrevivir y prosperar.

Los Siete Fundadores: Una Constelación de Santos

Los siete fundadores de la Orden de los Siervos de María son:

  • Bonfiglio: Líder y figura central de la Orden, reconocido por su profunda devoción a la Virgen María y su compromiso con la pobreza.
  • Alessio Falconieri: El último de los siete fundadores, conocido por su humildad y caridad, especialmente hacia los enfermos y los necesitados.
  • Giovanni Buonfiglio: Un hombre de gran fe y sabiduría, conocido por su predicación y su capacidad de guiar a otros hacia la santidad.
  • Manetto: Un hombre de profunda humildad y devoción, conocido por su vida de oración y su amor por la Virgen María.
  • Riccardo: Un hombre de gran caridad, conocido por su cuidado por los pobres y su servicio a la comunidad.
  • Guglielmo: Un hombre de gran sabiduría y espiritualidad, conocido por su capacidad de guiar a otros en la búsqueda de la verdad.
  • Bono: Un hombre de gran humildad y perseverancia, conocido por su compromiso con la vida de oración y la penitencia.
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Estos siete hombres, cada uno con su propia personalidad y virtudes, formaron una constelación de santidad que inspiró a muchos a seguir sus pasos.

La Rama Femenina: La Orden de las Siervas de María

Alessio Falconieri, el último de los siete fundadores, murió en 1310. Su sobrina Juliana Falconieri, inspirada por la vida de su tío y la visión de la Orden, fundó la rama femenina de la Orden de los Siervos de María. Juliana, una mujer de profunda espiritualidad y caridad, se dedicó a la oración, el trabajo y el servicio, y su ejemplo inspiró a muchas mujeres a unirse a la Orden.

Un Legado Perdurable

La Orden de los Siervos de María, tanto la rama masculina como la femenina, ha mantenido un legado de servicio, oración y contemplación a través de los siglos. Los ss. Siete Fundadores de la Orden de los Siervos de María, canonizados en 1888, siguen siendo una fuente de inspiración para muchos, tanto dentro como fuera de la Orden. Sus vidas, llenas de fe, sacrificio y amor, nos recuerdan la importancia de dedicarnos al servicio de Dios y de nuestra comunidad. Su legado perdura en la actualidad, a través de los Siervos de María que continúan su misión de predicación, evangelización y servicio a los más necesitados.

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