Papa Francisco: A los malos parece que les va bien, pero... ¿el final?
Papa Francisco: A los malos parece que les va bien, pero... ¿el final?
En su reciente homilía, el Papa Francisco se adentró en un tema que ha preocupado a la humanidad desde tiempos inmemoriales: la aparente prosperidad de los malvados. Utilizando como base la lectura del Libro de Malaquías, el Papa cuestionó la idea de que los malos siempre prosperan, recordando la parábola de Lázaro y el rico, donde el rico es descrito solo como un rico y no por su nombre, mientras que Lázaro sí lo tiene. Esta diferencia, según Francisco, no es casual, pues subraya que la verdadera identidad se encuentra en la relación con Dios, y no en la riqueza material.
Papa Francisco: A las malos parece que les va bien, pero ...
El Papa Francisco continuó su reflexión señalando que a veces parece que a los malos les va bien en esta vida. Tienen éxito, prosperan, y los justos sufren, son perseguidos, se encuentran con dificultades. Sin embargo, el Santo Padre recordó que la vida es un camino, y la recompensa está al final. No es la vida presente, sino la vida eterna. En este sentido, el Papa Francisco enfatizó que Dios no se olvida de los justos, y que aunque parezcan sufrir, la recompensa final está asegurada.
El Papa también recordó que el camino del Señor no es un camino fácil. Es un camino que requiere fe, esperanza y caridad. Es un camino que nos pide confiar en Dios, aun en medio de las pruebas y las dificultades.
La prosperidad temporal no garantiza la felicidad eterna
El Papa Francisco señaló que la prosperidad de los malvados es efímera. Es una prosperidad que se basa en la mentira, en la injusticia, en la explotación. Es una prosperidad que no tiene futuro. En contraste, la felicidad de los justos es una felicidad que se basa en la verdad, en la justicia, en la caridad. Es una felicidad que tiene futuro, una felicidad que se encuentra en Dios.
La parábola de Lázaro y el rico: un ejemplo de la verdadera recompensa
La parábola de Lázaro y el rico, señaló el Papa, es un ejemplo claro de la recompensa final. Lázaro, el pobre, el que sufría, es el que es recibido en el seno de Abraham, mientras que el rico, el que tenía todo, es condenado al fuego eterno.
El Salmo 1: un canto a la felicidad de los justos y la ruina de los malvados
El Papa Francisco concluyó su homilía citando el Salmo 1, que proclama la felicidad de aquellos que siguen los caminos del Señor y la ruina final de los malvados: Bienaventurado el hombre que no anda en consejo de impíos, ni en camino de pecadores se detiene, ni en silla de escarnecedores se sienta. Sino que en la ley del Señor está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que a su tiempo da su fruto y su hoja no se marchita; y todo lo que hace prosperará.
Reflexiones finales
Las palabras del Papa Francisco nos invitan a reflexionar sobre la verdadera naturaleza de la felicidad y la recompensa. No se trata de una felicidad material o de una prosperidad temporal, sino de una felicidad eterna que se encuentra en Dios. Es un camino que requiere fe, esperanza y caridad, un camino que nos lleva a la verdadera libertad y al amor infinito de Dios.
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