Novena a la Virgen de Fátima. Día 5: María, salud de los enfermos

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Novena a la Virgen de Fátima. Día 5: María, salud de los enfermos

En el quinto día de la Novena a Nuestra Señora de Fátima, nos encontramos con una faceta crucial de la maternidad divina de María: su papel como Salud de los enfermos. Este día nos invita a reflexionar sobre la profunda compasión y la intercesión maternal de la Virgen, recordando cómo ella intercede ante Dios por aquellos que sufren, tanto física como espiritualmente.

Este día nos recuerda la aparición del Ángel de Portugal a los niños de Fátima en 1916. El Ángel, con una radiante luz, les enseñó una poderosa oración de entrega personal y amor hacia Dios. Esta oración, que forma parte esencial del rezo de la Novena, se convierte en una herramienta para fortalecer nuestra fe y poner nuestra vida en las manos de Dios.

El Ángel de Portugal y la oración de entrega

La aparición del Ángel de Portugal a los niños de Fátima fue un acontecimiento crucial en sus vidas y un preludio a las apariciones de la Virgen María. El Ángel, con una luz sobrenatural, les transmitió un mensaje de profunda entrega a Dios. Les enseñó una oración que refleja la entrega total y el amor incondicional hacia el Creador:

¡Oh, Dios mío! Yo creo, adoro, espero y te amo!

Esta sencilla oración resume la esencia de la fe cristiana: creer en Dios, adorarlo con todo nuestro ser, esperar en su promesa de salvación y amarlo sobre todas las cosas. El Ángel les enseñó también una oración de ofrecimiento:

¡Mi Dios, yo te ofrezco este pequeño corazón mío para que sea siempre tuyo!

Esta oración representa un acto de entrega total de nuestros corazones a Dios, un compromiso de vivir para Él en cada momento de nuestra vida.

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María, Salud de los enfermos: Una intercesión poderosa

En el contexto de la Novena a Nuestra Señora de Fátima, el título Salud de los enfermos adquiere una dimensión aún más profunda. María, la Madre de Jesús, es también la Madre de los enfermos. Ella comprende el dolor y la aflicción que acarrea la enfermedad, tanto física como espiritual. Su corazón maternal se compadece de los que sufren y ella se convierte en una intercesora poderosa ante Dios.

La oración del quinto día de la Novena nos invita a pedirle a María que interceda por nosotros y por los enfermos:

Oh María, Salud de los enfermos, te suplicamos que intercedas por nosotros y por los que sufren. Que tu amor maternal alivie su dolor y que tu poderosa intercesión obtenga para ellos la sanación de cuerpo y alma. Te lo pedimos con fe y esperanza.

Sanando las heridas del alma y del cuerpo

La enfermedad no solo afecta al cuerpo físico, sino que también puede dejar profundas heridas en el alma. A través de la oración y la intercesión de María, podemos buscar la sanación tanto física como espiritual.

La enfermedad puede ser un momento de gran prueba, un momento en el que nos sentimos débiles y vulnerables. Es en estos momentos donde la fe en Dios y la confianza en la intercesión de María se hacen cruciales. La oración nos ayuda a encontrar consuelo y fuerza para superar las dificultades.

Ofreciendo nuestras peticiones por la salud

En este día de la Novena, se nos anima a ofrecer nuestras peticiones por la salud de nosotros mismos y de los demás. Podemos pedirle a María que interceda por la sanación de una enfermedad específica, por la recuperación de un ser querido, por el alivio del dolor o por la fortaleza para afrontar la enfermedad con fe y esperanza.

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Es importante recordar que la oración no es un acto mágico que nos asegura la sanación inmediata. La oración es un acto de fe y confianza en la voluntad de Dios. Es un diálogo personal con Él, donde le expresamos nuestras necesidades y le confiamos nuestro destino.

La fe como fuente de esperanza

La fe en la intercesión de María es una fuente de esperanza para los enfermos y para aquellos que los acompañan. Ella es la madre que siempre escucha nuestras súplicas, que intercede por nosotros ante Dios y que nos ofrece su consuelo y protección.

En la oración del quinto día de la Novena, encontramos un mensaje de esperanza y confianza en la misericordia de Dios. María, la Salud de los enfermos, es un signo de la presencia maternal de Dios en nuestra vida, un signo de su amor y cuidado constante.

Concluyendo con la oración del día 5

La oración del quinto día de la Novena a Nuestra Señora de Fátima es una oración poderosa para pedir la salud física y espiritual.

Oh María, Salud de los enfermos, te suplicamos que intercedas por nosotros y por los que sufren. Que tu amor maternal alivie su dolor y que tu poderosa intercesión obtenga para ellos la sanación de cuerpo y alma. Te lo pedimos con fe y esperanza.

Al rezar esta oración con fe y esperanza, nos unimos a la intercesión de María y confiamos en su poder maternal para obtener la sanación que necesitamos.

Un llamado a la acción

Este quinto día de la Novena nos invita a buscar la salud en todos los aspectos de nuestra vida. Nos invita a encomendarnos a María, la Salud de los enfermos, y a confiar en su poderosa intercesión.

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¿Necesitas sanación física o espiritual? ¿Tienes un ser querido que está enfermo? Dedícale esta oración a María, la Madre de Jesús, y confía en su amor y protección.

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